






Estamos ante una finca-granja de algo más de una hectárea que acumula una práctica de muchos años iniciada como experiencia vital del fundador de la A.D.P., Javier Reyes Barroso, y hoy somos un proyecto eco-social en expansión gracias al voluntariado y a los colaboradores que a lo largo de nuestra trayectoria han hecho y hacen posible este proyecto en permanente construcción. Proyecto que está sirviendo de terapia y rehabilitación para las personas con enfermedad mental con las que trabajamos.
Nuestras actividades siguen los principios de diseño de la permacultura –integramos plantas, animales, paisajes, construcciones, tecnologías y asentamientos humanos en sistemas armónicos y simbióticos, y estamos logrando una rica diversidad eco-social.