Asociación para el Desarrollo de la Permacultura

Finca El Mato-Tenerife

(ADP-FEM)

En marzo de 2021 se cumplirán siete años desde que la ADP está elaborando el Índice Equivalente de Tierra (IET) de la Finca El Mato Tinto.

 

El IET de los últimos 6 años fue 1,7155. ¿Qué significa ello? Que según nuestra investigación la producción permacultural diversa de nuestra finca es más productiva en rendimientos por unidad de superficie que la producción convencional en monocultivos. En otras palabras, que la producción convencional en monocultivos necesitaría un total de 17.155 metros cuadrados para anualmente producir en parcelas de monocultivos lo que nosotros produciríamos en 10.000 metros cuadrados de superficie agraria útil según nuestro modelo permacultural. ¡Necesitarían 7.155 metros cuadrados más que nosotros!

 

¿Quieres saber cuál fue la historia de los últimos años de investigación que nos ha dado este resultado? De ello se hace eco el autor del libro El nogal de Gael que hemos comentado en una noticia anterior. En concreto habla de ello en el capítulo 6 titulado El índice equivalente de tierra y el papel protector de la biodiversidad:

 

“El viernes 13 de marzo [de 2020], dos días antes de comenzar el estado de alarma, rellenaba en una hoja de cálculo los últimos datos correspondientes al peso de cada uno de los productos de nuestra caja semanal de verduras, hortalizas, hierbas aromáticas y frutas de la finca de permacultura El Mato Tinto. Una caja que nos corresponde como familia colaboradora del proyecto de la Asociación para el Desarrollo de la Permacultura, y que recogemos desde hace trece años en el mercadillo de la finca. Si bien al principio lo hacíamos cada tres semanas desde hace diez años lo hacemos semanalmente.

 

La recolección de datos es una actividad que llevamos haciendo cada fin de semana desde hace seis años. Una vez que llegamos a casa vaciamos la caja, pesamos cada producto y anotamos el peso en una ficha que con posterioridad trasladamos a la hoja de cálculo.

 

Es una caja confeccionada según la producción y la cosecha de la semana en los bosques jardines comestibles de la finca, con un precio acordado y sostenido en el tiempo con colaboradores fidelizados. La caja no se elabora según la demanda de la familia sino en función de lo que la tierra ofrece semanalmente según la estacionalidad y la planificación de los cultivos. Circunstancia que nos permite participar en un ejercicio permanente de aprendizaje conociendo nuevas hortalizas, verduras, frutas y hierbas aromáticas, y tratando de elaborar con ellas una dieta equilibrada con la adecuada diversidad nutricional.

 

A tenor de los últimos datos del año agrícola 2019-20 que cerramos el pasado 13 de marzo, hablamos de una caja semanal promedio de seis kilos y medio de peso y productos de veintidós diferentes variedades; y de un total de ciento dieciocho variedades puestas en la caja en algún momento del año agrícola por las amigas y los amigos de la finca. Sin duda estamos ante toda una CAJA DE VIDA, una CAJA DE SALUD, con mayúsculas.

 

La labor de volcar los datos en la hoja de cálculo surgió a raíz de un comentario que me hizo a principios de 2014 un amigo ingeniero agrónomo después de ver la finca. Al final de la visita me dijo: ‘Nany, la finca es muy bonita, pero ¿es realmente rentable?’. Seis años después tengo que agradecerle a este amigo el que me haya picado con semejante comentario después de sólo haber visto, y no sentido, la finca. El reto de su pregunta me llevó a buscar una respuesta, y ésta la abordé indagando sobre un término muy apreciado en la economía agresiva que nos domina hoy: el tamaño. ¡Nany no te olvides de que el tamaño es lo importante!, parecía estar escuchando desde el fondo de mi subconsciente.

 

La oportunidad para comenzar con la indagación me la proporcionó ese mismo año el proyecto LASOS, un espacio de intercambio de experiencias e información centrado en el fomento de la agroecología a través de la experiencia de nuestra asociación. […] Y la ocasión para dar una respuesta precisa al amigo me la facilitó el primer taller del proyecto que tuvo lugar en la finca el 7 de julio de 2014 de cuya coordinación fui responsable. Una actividad titulada Investigación comparada sobre las potencialidades de aplicación de parámetros de agroecología en otras fincas seleccionadas. En la Memoria del Taller que puedes encontrar en la web del proyecto se explica con detalle la metodología, el proceso y los resultados de esa primera y rica actividad del proyecto LASOS.

 

Recuerdo que en la toma de tierra de la finca con la que iniciamos el Taller, una amiga y compañera de la Universidad de La Laguna, Gloria Martín Rodríguez, me recordó la importancia de disponer de al menos 5 años de datos para que los resultados, que había adelantado semanas antes en la invitación del Taller como provocación, fueran estadísticamente significativos. Gracias a ese recordatorio hoy estamos en el comienzo del séptimo año de recolección de datos de productividad. ¡Gracias Gloria por esa advertencia!

 

La respuesta final me la proporcionó el Índice Equivalente de Tierra (IET) del sistema de producción de la Finca El Mato Tinto, un indicador que con sólo un número nos permite comparar los rendimientos anuales por unidad de superficie de las mencionadas 118 variedades cultivadas este último año agrícola en nuestro modelo permacultural, con los rendimientos anuales por unidad de superficie de esas mismas variedades cultivadas en monocultivos de manera convencional. Téngase en cuenta, además, que en nuestro modelo las 118 variedades se cultivan entremezcladas atendiendo a la estacionalidad y la planificación de cultivos.

 

El que por un lado la caja semanal se haga en función de lo que la tierra nos ofrece y por otro, el hecho de que su composición sea la misma para cada familia, me permite hacer una aproximación al cálculo del indicador a partir de los datos de peso de los productos de nuestra caja familiar, ya que asumo que el peso de cada producto de nuestra caja es el mismo que el de las restantes cajas de esa semana. Al final del año agrícola multiplico el peso total de cada una de las variedades que nos han suministrado a lo largo de todo el año en nuestra caja familiar por el número de cajas semanales distribuidas en el mercadillo de la finca y obtengo la producción total anual de las 118 variedades si hablamos, por ejemplo, del año recién finalizado.

 

A continuación, y con el fin de hacer la comparación con los rendimientos por hectárea de los monocultivos, multiplico por cinco los datos de la producción anual de las variedades que han sido cultivadas en los dos mil metros cuadrados promedio de superficie agraria útil (SAU) de la FEMT con el fin de obtener el potencial de producción anual de dichas variedades en diez mil metros cuadrados (1 hectárea) del modelo FEMT.

 

Paralelamente identifico los rendimientos máximos por hectárea (toneladas/año) en monocultivo de las mencionadas 118 variedades y calculo para cada variedad la ratio producción anual del producto ‘x’ en permacultura/producción anual del producto ‘x’ en monocultivo para las 118 variedades. El IET se calcula sumando las 118 ratios obtenidas.

 

Para identificar los rendimientos máximos de cada producto en monocultivo a nivel mundial utilicé datos de fuentes en internet. Si bien lo ideal para elaborar el IET de la FEMT es contar con los rendimientos en las islas, al no disponer de información de todos los productos, decidí utilizar esta vía.

Si el IET del modelo El Mato Tinto fuese igual o mayor que 1 significaría que los rendimientos de las 118 variedades en el modelo permacultural es igual a, o mayor que, los rendimientos de las mismas variedades cultivadas de manera convencional en parcelas de monocultivos. Ello significaría que nuestro sistema sería tan o más productivo que el sistema de monocultivo de la agricultura convencional. Una vez que volqué en el excel los últimos datos de la caja cultivada y recogida el viernes 13 de marzo, la hoja de cálculo computó automáticamente los IET del año agrícola 2019-20 y del promedio de los últimos 6 años, siendo respectivamente 2,1896 y un estadísticamente significativo 1,7155 de promedio.

 

¿Qué significa este último número estadísticamente significativo? Significa que si los rendimientos de las 118 variedades por unidad de superficie de la Finca El Mato Tinto actuales se proyectasen en una superficie cultivada de 10.000 m² aplicando el mismo sistema permacultural, la superficie total de los monocultivos para producir en sus respectivas parcelas esos mismos rendimientos sumarían 17.155 m², es decir 7.155 m² más que el sistema permacultural. Interesante, ¿verdad?

 

Creo que con estos datos puedo ya decirle al amigo ingeniero agrónomo que la finca aparte de bonita es muy productiva, más productiva que la agricultura industrial convencional. Y ello sin establecer comparaciones con otras variables relevantes como pueden ser: huella hídrica, eficiencia energética, materia orgánica incorporada en el suelo, capacidad de sumidero de carbono, salud del suelo, calidad nutracéutica de los alimentos,… Comparaciones que sin duda deberían de convertirse en objetivos de máxima prioridad en una inexcusable agenda canaria de investigación agroecológica de los centros de investigación y las universidades públicas canarias, y cuyos resultados informaran desde ya las distintas políticas públicas.

 

Y si el dato del IET es ya de por si interesante en un contexto como el canario, caracterizado por niveles de autosuficiencia alimentaria estructuralmente insuficientes, el dato lo calificaría de determinante en contextos de extrema vulnerabilidad como el proporcionado por la pandemia y el estado de alarma actual.”

 

Cerramos la extensa cita animándote a que adquieras el libro a modo de micromecenazgo. Podrás asimismo leer, entre otras cosas, la determinante relación entre el IET y el papel protector de la biodiversidad en la gestión de la pandemia que continua desarrollando en el resto del capítulo 6.

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